Angelito 36 (2003)

miércoles, 14 de noviembre de 2012

La Navidad

Por Luz Soto


Tiempo de seguir alabando a nuestro Señor Jesucristo, no apartarlo de nuestros corazones; momento de compartir, perdonar, amar; mirar el pasado, para corregir el presente.

Es el placer de convivir con tus seres queridos. Son ellos los que te inspiran.

Que cada paso que demos, nos lleve a la armonía, a regocijarse con la vida y dar siempre lo mejor de cada uno de nosotros.

Extendamos una sonrisa a nuestros hermanos, vecinos y amigos; ellos son parte de nuestras vidas.

Que en estas navidades, podamos ofrecer nuestros hombros a aquellos que están afligidos.

Aprendamos a respetar las opiniones de los demás; ellos también, tienen derecho a expresarse. Vamos a extenderle la mano al desamparado, y brindarle una palabra de aliento.

No dudemos en manifestar nuestros sentimientos, es la mejor forma para desahogarnos. Mostremos nuestras alegrías, para que otros se contagien con ella.

No dejemos que se pierda el amor al prójimo, la sonrisa, la cordialidad, la humildad, el respeto, la armonía y el perdón, ya que todo eso es parte de un buen ser humano.

!Que en estas navidades, la sonrisa sea el mejor regalo que podamos brindarle a los demás!.





lunes, 5 de noviembre de 2012

El baúl de los recuerdos. “ Llegará un día que nuestros recuerdos serán nuestra riqueza”. Paul Gérald

Los Chicos de la 36 y 37, en la cual se aprecian, de izquierda a derecha: Vitico, Niño, Fray, Pollo, Arismendy y Raul. Fíjense en Vitico, con su bate y la vitilla en la oreja. Detrás de ellos, el murito, llamado el “murito del amor”, esa es otra historia de nuestra Calle 36.
 
Juego de Vitilla”, popular juego de mi Calle 36

Este peculiar “deporte”, que jugaban estos jóvenes, fue en su tiempo uno de los más populares en la calle. Para esa época, no era muy común este pasatiempo, aunque después fue tomando fuerzas en diferentes barrios de la capital.

Ya no es tan común, y no causa ninguna motivación. Antes era diferente, se llegaron a realizar torneos en diferentes partes del país. En la calle, se hicieron muchas competencias entre los muchachos; recuerdo que nos sentabamos en la acera, para verlos jugar. El transeúnte se detenía a observarlos, y sin conocer a ninguno de los jugadores se involucraba en la fanfarria que le hacíamos.

¡Que tiempos aquellos!


Por: Luz Soto